lunes, 22 de febrero de 2016

Un viaje más con vosotros.

Pedazo de fin de semana que hemos compartido con vosotros.
Ya sabíamos que "sarna con gusto no pica " pero es que este fin de semana no hemos parado de emocionarnos con vosotros en este #VHLS.


Empezamos el sábado encontrándonos con la asamblea de Scouts de Segovia. Eso si. Llegando a una buena hora para probar el mítico cochinillo, antes de que los más guiris en el entorno nos quitaran la mesa.
Lo que no esperábamos es que el mismísimo Morgan Freeman nos sirviera tan famoso lechal.


Antes del café, con la idea de no llegar tarde a la casa joven donde esperaba la asamblea, salimos en busca de dicho lugar.
Pese a empezar dicha marcha haciendo caso a la intuición que nos caracteriza a los scouts, tarde o temprano empiezan las dificultades en el seno de la patrulla.
- cuando llegamos?
- seguro que es por aquí?
- por que no preguntamos como llegar?
- usamos google maps?
Claro. Estas cosas naturales y el ansia de tomar café, hizo que en vez de tomar rumbo oeste, fuéramos hacia el este. Si es que como lobatos, parecía que ninguno había estado de descubierta años atrás en la última y mítica asamblea de Scyl en Segovia.


Logramos caer de pie, gracias a que nos acompañaba Naoko y su padre activó ese campo del cerebro, ese espacio que nos acerca a los animales y les hace sobrevivir en situaciones de riesgo ya que la peque sacó toda su artillería para avisar de que estábamos haciendo el tonto y andando en círculos.

Una vez llegamos, nos sentimos como siempre en casa. Eso fue motivado tanto por la gente que conoces con la que te alegras ve volver a coincidir, como por las ganas que ves en el resto, que quieren conocerte.
Fuera a parte del motivo de nuestra visita, vimos que los que formáis parte del escultismo en Segovia, sois un grupo de gente con mucha ilusión por compartir. Tenéis inquietud por ser unidad y hacer que ser asociación, ser diocesana, os aporte y tenga sentido para vosotros.


Antes de partir desde Segovia, con rumbo a Ávila, cometimos el pecado de tomar algo, más o menos cerca del acueducto. Oh cómo pagamos la novatada. Menos mal que la tarde era primaveral y que la vista era impresionante. Aunque si los compañeros en este #VHLS no hubieran venido, esa vista no hubiera sido tan espectacular.

En Ávila nos esperaba el grupo Scout San Antonio.
Como ya sabrás se trata del único grupo que hay en la ciudad de las yemas de Santa Teresa lo cual es todo un reto para compartir escultismo con otros grupos.
Fue una suerte poder encajar esta visita en el fin de semana y poder hablar con sus responsables de un modo que evoca los tan recordados fuegos de campamento bajo un manto de estrellas.


La peor parte del viaje viene ahora. Sólo es un momento. Ese en el que siendo domingo, te tienes que levantar a las 7:00 en vez de a las 11:00 que es una hora más normal.
Menos mal que el bueno de Gonza, como buen hospitalero que es, preparo un desayuno que no se saltaría el mejor de los leones.

Con las mismas, después de tomar fuerzas, arrancamos para Salamanca. Si en todas nuestras visitas por las Ades el número de personas era tirando a familiar, aquí nos encontramos con un aforo mucho mayor. Algo que dice de la cantidad de scouts que en esta ciudad hay y de sus intenciones de que el movimiento continúe vivo e incluso crezca más.


Las sensaciones que nos llevamos fueron muy parecidas a las vividas el resto del fin de semana y nos encantó participar de la paella, después de la asamblea.
La verdad es que cada día que pasa, cada persona que vemos en este #VHLS, nos motiva a la hora de ponernos al servicio de todos los que en vuestros locales hacéis todo lo posible por aportar a los chavales,  este modo tan especial de vivir la vida.

El próximo viaje, si Dios quiere, en León.

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